DIANA

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miércoles, 16 de abril de 2008

TECNOLOGÍA APLICADA A LA BELLEZA

Mediante un sistema mecánico de rodillos que reactiva la circulación de los tejidos, es posible desaparecer o atenuar las cicatrices, e incluso combatir la celulitis, flacidez de la piel, tendinitis y desgarres, entre otros padecimientos.

Esta tecnología, de origen francés, constituye una aliada para las jóvenes mamás que dan a luz por cesárea, para borrar las cicatrices que deja esa operación.

Actualmente, unas ocho de cada 10 mujeres dan a luz por medio de cesárea, tendencia propiciada por una comodidad quirúrgica y el miedo de las mamás primerizas al parto natural.

En el caso de las cicatrices, éstas atraviesan por dos etapas: inflamatoria y no inflamatoria. De ello dependerá su tratamiento y el resultado.

"Si la cicatriz es reciente, o sea, que está en su fase inflamatoria, podemos desinflamarla y evitar que se ´pegue´ haciendo un hueco en la piel, o bien que se haga una fibrosis (callo) alrededor, lo cual provoca la pérdida de sensibilidad en la zona de la herida."

En el caso de las cicatrices "viejas" (con más de seis meses), su rehabilitación será más lenta y sin lograr tan buenos resultados; de ahí la importancia de atenderlas a tiempo.

Existe otro tipo de cicatriz, denominada queloide, caracterizada por la formación de un exceso de piel; esta variación es hereditaria.

En cuanto a las cicatrices de cesárea, hay dos variables: vertical y horizontal.

La primera, más aparatosa y con tendencia al desuso (aunque todavía se practica en algunos hospitales, sobre todo públicos), corre del ombligo hacia abajo; las horizontales, por otras se practican en la zona púbica y son más discretas.

Es necesario evaluar la cicatriz, en cuanto a tamaño, ubicación y tiempo que tiene de haberse hecho, para determinar la duración del tratamiento, cuyas sesiones deben espaciarse para permitir al organismo responder por sí solo.

La estimulación con los rodillos es para darle al cuerpo la estimulación necesaria de modo que las células correspondientes produzcan colágeno y elastina (sustancias que nos dan la firmeza y elasticidad de la piel) y con esto, mejorar la apariencia de la cicatriz.

Actualmente hay una "tendencia" a practicar de forma indiscriminada la cesárea.

Esto se debe a la comodidad y rapidez de esta intervención quirúrgica, que impulsa a los cirujanos llevarla a cabo, y al miedo de las parturientas primerizas.

Por lo general las chicas de 25 años que han tenido bebés, sistemáticamente se practican la cesárea, pese a tener una pelvis apta para dar a luz y ser hijas de madres que tuvieron partos naturales.

Sin embargo la fase más dolorosa del parto es la que corresponde a las dilataciones y, por ende, a la aplicación de anestesia. Ésta, por otra parte, se aplica de la misma forma y cantidad en una cesárea que en un parto normal en el que se solicita su suministro.

Por lo regular, los médicos suele decir a la paciente que la cesárea es más fácil y rápida, pero no le habla de que después hay que quitar los puntos de sutura y que implica un mayor tiempo de incomodidades.

Una cesárea es una abertura y exposición de la matriz, en la que existe el riesgo de consecuencias posteriores y, claro, d e cicatriz".

Al tratar a mujeres con cicatrices cerca de los glúteos, los especialistas se dieron cuenta de que cambiaba mucho la textura de su piel; empezaron entonces a realizar estudios y comprobaron que el aparato mejora la microcirculación y, con ello, se ataca la celulitis.

El creador del aparato, el ingeniero Louis Paul Guitay, se basó en la reproducción de las técnicas de masaje manual -principalmente la de "palpar enrollar", que produce un pliegue en la piel-, sustituyendo la acción de los dedos por la de rodillos, los cuales no sólo permiten una mayor uniformidad sino que provocan una ligera succión en el tejido que lo expande. Esto propicia un mejor drenaje linfático y sanguíneo.

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